A la espera de ayudas para restaurar este valioso activo patrimonial, los vestigios castreños se cubrieron de nuevo para protegerlos de factores externos que pudieran dañarlos
Tras una fuerte erupción de pruebas que evidencian la existencia de la que con toda probabilidad sea la primera aldea de Pereiras, el Castro volverá a su letargo hasta que se consigan los fondos necesarios para seguir con los sondeos.
En apenas dos semanas de excavaciones, promovidas por la Comunidad de montes y la Asociación de vecinos de Pereiras y acometidas por la empresa Tempos Arqueológicos, el Castro de Pereiras ya es una realidad. Las pruebas de que en la zona se encontraba uno de los yacimientos arqueológicos de la Edad de Hierro más importantes del entorno no dejan lugar a dudas.
Un par de días bastaron para que emergieran de la tierra los restos de un asentamiento de grandes dimensiones. Los restos de los muros de algunas edificaciones y la cantidad de piezas cerámicas de diferentes tipos y calidades, nos dicen que el tamaño del poblado era importante y que en él vivió la primera civilización de la parroquia.
En apenas 50 m2 de prospección, de una superficie total de 3000 que se presupone que tiene el Castro, surgió una enorme cantidad de restos arqueológicos: cerámicas comunes de la zona y otras de gran calidad como la Terra Siguillata o cerámica castrense de la Isla de Toralla, al igual que ánforas para el transporte de líquidos como el vino y el aceite. Todas ellas corroboran la gran importancia del yacimiento e incrementan la ilusión por seguir descubriendo lo que este Castro esconde durante siglos y lo que puede contarnos.
El pasado jueves se celebró la última visita guiada por arqueólogos antes de proceder a su soterramiento. El gran número de personas que se acercaron a descubrir los secretos del Castro y los muchos niños y niñas que visitaron el yacimiento estos días, dan fe de la importancia que tiene para la zona este descubrimiento y el interés que despierta.
Ayer , los arqueólogos volvieron a cubrir los restos para proteger las evidencias arqueológicas que han descubierto, con la esperanza de conseguir el respaldo necesario para, en un futuro, poder descubrirlas y restaurarlas para que todos podamos disfrutar de este pedacito de nuestra historia.