Centenares de profesionales de la peluquería y la estética se rodaron ayer por las calles de Vigo. Una vez finalizada la marcha motorizada, escenificaron la situación que están viviendo con cadenas, sogas y esposas e incluso algunos se raparon el pelo
El sector de la imagen personal volvió a salir ayer a la calle para reclamar la restitución del IVA reducido. La «rebelión de las tijeras rotas» reactivó su reivindicación con un recorrido motero en Vigo, pidiendo respaldo para las enmiendas parciales que puedan presentar los grupos parlamentarios a los PGE incluyendo la bajada del IVA.
Profesionales de la imagen personal y moteros que apoyan esta justa reivindicación salieron a las 11:30h del Monte del Castro y rodaron durante una hora para visibilizar la desesperada situación de los salones de peluquería y estética, tras casi 10 años en números rojos y en permanente retroceso desde que se impuso el IVA al 21% en el sector en el año 2012.
Después de 7 votaciones a lo largo de la legislatura dirigidas a la bajada el impuesto que contaron con el apoyo de 24 de los 25 partidos con representación parlamentaria, todos excepto el PSOE, el sector mantiene en pie su reivindicación.
«El sector de la imagen personal viene sufriendo un agravio comparativo desde que en el 2012 se produjo la subida del IVA al 21%, supuestamente de manera temporal, sin que hasta hoy y a pesar de ser considerado un servicio esencial, haya podido recuperar el IVA reducido como ha pasado con casi todos los demás sectores a los se que subió»; denuncian desde la plataforma `Creer en nosotros´, «Esta situación se ha visto empeorada por la crisis actual ya que, de media, los salones, están trabajando al 52,7% de su actividad habitual con una caída de facturación cercana al 40%, cosa que puede provocar el cierre de decenas de miles de salones este mismo año, sumándose a los que se estima que han cerrado ya durante la pandemia».
Con esta situación, a los profesionales les resulta «incomprensible el abandono del gobierno del Partido Socialista y Unidas Podemos que siguen negándose a negociar con nostros».
Por eso, su mantra se repite una y otra vez en sus movilizaciones: «Somos esenciales, no somos un lujo».
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